Hace unos años una adolescente regalaba a una amiga suya un libro con motivo de su despedida. Le habían concedido una beca para estudiar música fuera de su tierra. Ese libro cayó en mis manos y leí la dedicatoria que le hacía: «Aunque la vida nos lleve por caminos distintos nunca podremos olvidar que nos quisimos como hermanas». Me llamó mucho la atención por los pocos años de esta adolescente y la profundidad de su pensamiento.
Hoy, al llegar esta fiesta, me hace recordar a tantas personas que nos amaron tanto y que la vida nos hizo recorrer caminos distintos. Ellos siguen con nosotros, aunque no los veamos, porque supieron amar y coronaron la meta de sus vidas con el encuentro del abrazo del Padre. Esos son los Santos. Otros, que también velaron y acunaron nuestro sueño, tejieron nuestras vidas y nos descubrieron su belleza, tal vez no llegaron aún a la casa del Padre. Esos que todavía nos siguen queriendo, esperan de nosotros una ayuda para terminar su recorrido. Estos son los que llamamos: ¡Almas benditas del purgatorio!
Este año, para nosotros Año Santo, podemos ayudarlos con la Indulgencia Plenaria que el Papa Francisco nos ha concedido con ocasión del II Centenario de la Hermandad del Stmo. Cristo de los Remedios. Un amor que debe ser correspondido. El amor une siempre, jamás separa.
«El amor no acaba nunca» 2Cor.13,8.
Os saluda y bendice vuestro Capellán
D. Santiago P.
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