Señor, cuántas veces yo tengo compasión de mí mismo, y me busco excusas para no mortificarme, o no obedecer a mi madre la iglesia. A veces, por el deporte o por el estudio soy capaz de esforzarme y sufrir, y sin embargo cuando lo tengo que hacer por ti me echo para atrás. Si te amase más, sería más generoso y fuerte. Te amo, Señor, pero quiero amarte más. La próxima vez que ante una mortificación me venga a la cabeza una excusa, la rechazaré «porque te quiero». Y, en concreto, será en la abstinencia de comer carne porque te quiero.
El verdadero ayuno es dejar de mirar sólo por nuestro propio interés y trabajar por el reino, la justicia y la paz.
«En aquel tiempo, se acercaron los discípulos de Juan a Jesús, preguntándole: «Por qué nosotros y los fariseos ayunamos a menudo y, en cambio, tus discípulos no ayunan?» Jesús les dijo: «¿Es que pueden guardar luto los invitados a la boda, mientras el novio está con ellos? Llegará un día en que se lleven al novio y entonces ayunaran.»»( Mateo 9, 14-15)
PROPÓSITO DEL DÍA:
Apaga el teléfono, el ordenador o la teles un rato… LIBÉRATE
Debe estar conectado para enviar un comentario.