Y es que es verdad. Se puede resumir la Solemnidad del Santísimo Cuerpo y la Santísima Sangre de Jesucristo en tres palabras, es decir, una de las fiestas de nuestra religión que con más piedad y devoción se celebra en todo el mundo donde hay una iglesia cristiana, una de las fiestas que más ponen a prueba nuestra fe, que más nos habla de la grandeza del amor de Dios por nosotros; se puede sintetizar en tres sencillas palabras: creer, adorar, amar.
¿Qué es la fiesta del Corpus?: ¿una mera tradición?, ¿una bonita procesión por las calles? El Corpus Christi es el recuerdo y la presencia viva en la Eucaristía de que Dios ha querido quedarse cerca de nosotros y para siempre. Es curioso constatar que en nuestra parroquia de San Sebastián Mártir en la capilla del Santísimo Sacramento también se ubica la imagen del Santísimo Cristo de los Remedios. ¿Qué diferencia una imagen, preciosa, a la cual en todo nuestro pueblo se la venera con ardiente fervor, de la Sagrada Eucaristía, apenas visible y también tan amada por los fieles de la parroquia? La imagen es imagen, recuerdo, referencia; la Eucaristía es vida de la vida de Dios, Dios mismo. Eso es lo que celebramos el próximo domingo. Por eso nuestra actitud se resume para vivir esta fiesta, su Misa, la gran procesión, en la fe, la adoración y el amor: creer, adorar, amar. Dios nos deja su corazón entre nosotros, ha tenido fe en que el hombre ante tal milagro, reaccionaría también con su fe. Dios ha amado al hombre, a ti y a mí, hasta tal punto que se encierra en la Hostia sagrada para que nosotros también le podamos amar. ¿No nos asombra tan genial ocurrencia? Tal vez no, son muchos años, muchos Corpus con sus procesiones, muchas comuniones… Tal vez en este año, en esta fiesta del Corpus deberíamos pedirle a Dios más fe, más amor para adorar a un Señor tan bueno y cercano.
D. Emilio Sierra García
Vicario Parroquial
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